Imagen de la Virgen del Rosario que se venera en la Catedral de Mérida |
Entre las devociones que Juan Bosco cultiva con especial cariño se encuentra la invocación de la Virgen del Rosario. En un ambiente rural, esta fiesta, colocada en los primeros días del mes de octubre, promovía una especial alegría por el final de las tareas del campo. Al mismo tiempo se rezaba y alababa a la Madre que siempre acompañaba, y se hacía con el rezo del Rosario.
Esta invocación jamás la perdió Don Bosco. De hecho, pide a su hermano José que le deje una de las habitaciones de su casa para dedicarla a capilla, con la invocación de la "Virgen del Rosario".
Esa capilla acogerá durante muchos años a los muchachos que Don Bosco llevaba desde Turín en sus paseos otoñales. Con esta invocación han rezado en su juventud Miguel Rúa, Magone, Domingo Savio. Esta sencilla capilla del Rosario es el pequeño primer "centro de culto mariano" que Don Bosco prepara para invocar a María.
Finalmente, recordamos sus caminatas desde su pequeño caserío hasta el pueblo y su iglesia parroquial, la iglesia de Castelnuovo. En la parroquia de San Andrés Juan recibe el bautismo, la primera Comunión y la vestición de sotana. A esta iglesia iba con frecuencia a recordar y a rezar. La Iglesia Católica celebra la advocación de la Virgen del Rosario el día 7 de octubre.
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