CENTRO DE SALESIANOS COOPERADORES "MARÍA AUXILIADORA" - MÉRIDA




Colegio Salesiano "María Auxiliadora" · Avenida Reina Sofía, 44 · 06800 MÉRIDA - ESPAÑA
cooperadores@salesianos-merida.com

El Centro de los Salesianos Cooperadores de Mérida tiene su sede en el Colegio Salesiano "María Auxiliadora" de la misma capital.
Erigido el 21 de abril de 2001, cuenta en la actualidad con 19 salesianos cooperadores que colaboran tanto en la Pastoral Juvenil de la Casa Salesiana de Mérida como en las comunidades parroquiales de la capital extremeña y en otras instituciones de la Iglesia Católica.

El Centro de los Salesianos Cooperadores de Mérida pertenece a la provincia salesiana "María Auxiliadora" con sede en Sevilla y que aglutina a cerca de 800 salesianos cooperadores de Extremadura, Andalucía y Canarias.

Tal y como soñó Don Bosco, somos una asociación pública de fieles, oficialmente reconocida por la Santa Sede. Formamos la tercera rama de las tres principales que conforman la Familia Salesiana, a saber, los Salesianos de Don Bosco, las Salesianas y los Salesianos Cooperadores. Nuestro superior es el Rector Mayor de la Congregación Salesiana, sucesor de Don Bosco.

Somos una asociación de fieles que viven su fe cristiana desde el carisma salesiano que compartimos, desde nuestra condición de laicos, con la Congregación Salesiana. Intentamos, con nuestra vida, desde la familia e insertos en la sociedad, servir a los jóvenes, especialmente a los más necesitados, mostrándoles el rostro solidario de un Dios que les ama y nos ama infinitamente, el Dios de Jesucristo.

sábado, 5 de octubre de 2013

TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS

Señor, gracias por la ilusión.
Y gracias por la esperanza que anida en el corazón.
Señor, gracias, por nuestra vida.
Sea para ti, Señor, la gloria,
para ti el esplendor, la majestad.
Canten su acción gracias cielo y tierra, por ser obra de tu amor. 
 
Las témporas son días en que la Iglesia convida a sus fieles a ser agradecidos: agradecidos al Dios de la vida, de las cosechas, del trabajo, de las viñas, de la fecundidad ...
No hay cosa más propia de unas criaturas que agradecer, admiradas, todo lo positivo que contemplan sus ojos: las mieses, los hijos, la cultura, la familia, la paz, la vida; y, al mismo tiempo, nada más propio que elevar la súplica del pobre y desvalido, para nunca falte lo necesario a los hermanos que sufren, lloran, pasan hambre...
Todas las religiones, de una u otra forma, han querido tener propicios a sus dioses, y por ello les han ofrecido sus pequeños dones, e incluso a veces sacrificios de  víctimas cruentas.
Nosotros, cristianos, que hemos conocido el rostro amable de Dios Padre en su Hijo encarnado, hagamos la ofrenda de nosotros mismos comprometiéndonos en fidelidad, a través de la liturgia de alabanza, adoración y súplica. Pongamos cada uno en el platillo de la ofrenda todos aquellos motivos por los que nos inclinamos, reverentes, a proclamarle Señor, Padre y Rey, y depositemos en el otro las miserias de nuestras ingratitudes pasadas para que Él las queme en la hoguera de su amor misericordioso.

ORACIÓN:
Te damos gracias, de todo corazón, porque eres bueno; porque eres Padre; porque tienes entrañas colmadas de piedad; porque nos das el agua y la sed, el hambre y el pan, el trabajo duro y la cosecha que lo premia, la gracia de ser leales y el perdón por no serlo. Quédate siempre con nosotros y déjanos sentir tu presencia. Amén.

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